Las semillas de girasol son una fuente natural de energía. El ácido linoleico (LA) contribuye al mantenimiento de los niveles normales de colesterol en sangre. El efecto beneficioso se obtiene con una dosis diaria de 10 g de LA (unos 34 g de semillas), cuando se combina con una dieta variada y un estilo de vida saludable. Las semillas de girasol provienen del girasol, una flor con pétalos de color amarillo brillante con las semillas pegadas en el centro. El girasol produce semillas de color gris verdoso o negro, encerradas en cáscaras grises o negras en forma de lágrima que a veces tienen rayas blancas y negras. Estas semillas contienen una alta cantidad de proteínas vegetales, carbohidratos, ácidos grasos monoinsaturados, magnesio, fibra y vitaminas del complejo A, E, D y B. Las semillas peladas tienen un suave sabor a nuez y una textura firme pero tierna y son una de las principales Fuentes utilizadas para fabricar aceite de girasol. El consumo de semillas de girasol ayuda en situaciones de hambre, en el control de la tensión premenstrual, favorece la recuperación de procesos inflamatorios, ayuda en la movilización del hierro para la síntesis de hemoglobina y adrenalina y en la formación de tejidos conectivos. La ingesta debe ser de una cuchara de postre al día, cantidad recomendada para un adulto; esta cantidad es ideal para disfrutar de sus beneficios. Sin embargo, es conveniente tener un seguimiento nutricional.